sábado, 3 de noviembre de 2007

LA CABAÑA DEL TIO TOM


La Cabaña del Tio Tom perteneció a mi madre, se lo regalron cuando tenía 11 años, allá por aquellos maravillosos años, en el 61, según la fecha de la dedicatoria interior. Siempre me fascinó, desde niña, y no recuerdo cuándo paso a mis manos exactamente, pero conmigo ha permanecido desde entonces. Esta versión estaba publicada por la Editorial Felicidad, dentro de su coleccion Felicidad Infantil, y era el número 2 de una serie compuesta por títulos como Mujercitas, La Isla del Tesoro, Robinson Crusoe, Quo Vadis?, y otros clásicos infantiles.
La Cabaña del Tio Tom se presenta en historia novelada primero, del libro homónimo de Harriet Beecher Stowe y luego en viñetas, ya que esta serie era una introducción a la lectura de los más jóvenes, y narraba las aventuaras, o mejor dicho, desventuras de una familia y sus esclavos en la América sureña que tantos relatos similares ha dado. Pero es una historia bella, que habla de amores fraternales, integración y reconocimiento, de valor y de amistad, y hay una niña enferma de por medio y su amiga-esclava, la pequeña Topsy, y muchas lágrimas, y dramas, y sangre.
No sé qué tenían las historias de antes, que aunque cursilonas, en parte debido a traducciones mutilantes y palabras cambiadas, aún me siguen sonando normal en estos días. O será el cariño especial que le tengo a este libro-cuento-tebeo. Creo que es, sin duda alguna, un título que no debería faltar en la biblioteca particular de cualquier niño que ame la lectura. No me puedo creer en estos días, cuando voy a la sección infantil de las librerías, la cantidad de libros tan distantes de aquellas aventuras que nosotros leíamos. Hoy en dia, los clásicos se hallan casi escondidos, si no del todo desterrados, sustituídos por los Harry Potters de pacotilla, los vampiros mutantes y los diarios de princesas y hermanas gemelas sin sustancia.
Dios, ya empiezo de nuevo. Me estoy haciendo vieja...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Y las historias de Charles Dickens, eso si era llorar. Oliver Twist me la leí 3 veces.
Ruth, estas historias nunca pasan de moda. La vida del ser humano no ha cambiado nada, los sentimientos, pensamientos, todo es igual desde que el hombre es hombre, más tecnologia pero nada, lo mismo de siempre,la historia se repite...
Manuel Besotesss