martes, 4 de marzo de 2008

LA SEGUNDA FUE MEJOR. OS PRESENTO A... JANE SEYMOUR

Siguiendo con el tema del post anterior, y metidos de lleno en el rodaje de Onassis (que originalmente llevó el titulo de Aris), nuestro siguiente paso fue entrevistar a una de las mujeres más bellas del planeta, en aquellos prolíficos años ochenta, e incluso ahora: Jane Seymour, que después de una vida de telefilms y alguna que otra película para la gran pantalla, se hizo archiconocida en años posteriores como La Doctora Quinn.

Corría 1987 y uno de los hoteles más importantes, el mayor y casi el único del momento, era el Parador Hotel Atlántico. Tras concertar una entrevista, esperábamos nerviosos e impacientes la llegada de Jane, temiendo otro encuentro como el de Anthony Quinn, y Jane apareció ataviada con un vestido blanco a topos negros de los cincuenta, con el cabello y el maquillaje al estilo de La Callas, papel que interpretaba en la serie. Nos sorprendió ver lo delgada y estilizada que era, no muy alta, pero pálida como una muñeca de porcelana, con un rostro tremendamente atractivo. Con los labios rojos y el cabello recogido en el característico peinado de una de las mejores divas del Bell Canto, la elección de Jane para el papel estaba más que justificada. Con actitud relajada se sentó con nosotros en unas de las Lounges del hotel, mientras un improvisado músico se acercaba al piano de cola y nos ofrecía una suave serenata como telón de fondo.

Por desgracia aquel día no llevábamos una cámara con nosotros como solía ser habitual, pero unos recortes de una revista me sirvieron para que me estampara su autógrafo para la eternidad. Perdonad la calidad de las mismas, pero comprenderéis que tienen ya más de veinte años...


Jane fue una de las personas más maravillosas de las que entrevistamos de Aris. Terriblemente paciente con nuestro inglés patatero de BUP, mal construido y mal pronunciado. Comenzó charlando con nosotros como si fuera ella la entrevistadora, no en vano había sido reportera en varios documentales de diversa temática. Se interesó por nuestras carreras radiofónicas, y ello dio pie a que nos contara sus comienzos como actriz.

Se puede decir que llegó a ello casi de casualidad. Jane había comenzado su entrenamiento como bailarina de ballet a los dos años, y a los 13 ya estaba trabajando profesionalmente, como bailarina y también haciendo sus primeros pinitos como actriz, ya que la escuela a la que asistía les animaba a buscar trabajo real si tenían oportunidad. Cuando contaba 17 años, sufrió una lesión en las rodillas que le imposibilitaba volver a bailar, y en la última película en la que había participado como miembro del cuerpo de danza (Oh, What a Lovely War), Sir Richard Attemborough la descubrió a través de la lente de su cémara, le hizo algunos primeros planos y gracias a ello un agente los vio y le recomendó que se dedicara a actuar. De hecho, la de Attemborough había sido su primera película, en la que incluso tenía una linea en el coro, en una escena con Maggie Smith, y la última en la que bailó.

En cuanto a su papel en Aris, hablaba con cariño de María Callas, describiéndola como un personaje absolutamente maravilloso, que la atraía y le llamaba la atención por su calidad humana y el poder del amor que emanaba. La Callas había acompañado a Aristóteles Onassis desde mediados de la treintena hasta casi los cincuenta años. La describe como una mujer rota por el hombre al que amaba, por el cual abandona su exitosa carrera musical, su fama, y casi su salud mental, pasa por un doloroso aborto, y todo por un hombre que un par de semanas después se casaría con Jacky Kennedy. Aun así, la sigue atormentando, aún vuelve a ella cada vez que padece una crisis emocional en su vida, y todo ello la convierte en ese muñeco roto. La diva que nunca amó antes, se había enamorado por primera vez a los treinta y tantos, y descubriría que el amor era más poderoso que su carrera o su fama o cualquier otra cosa, y no le importaría dejarlo todo atrás. Y esa fue su destrucción.

Con su bella voz, no tuvo problema en contarnos que se había enamorado de Cádiz, donde tan sólo llevaba unos cinco días, de sus antiguedades que quisera llevarse a su rancho español en América y aseguraba que le encantaba trabajar en España, donde ya lo hizo antes de la mano del director Antonio Drove, porque los técnicos y especialmente los maquilladores, son excelentes. Europa es un lugar donde trabajaba a menudo -aún lo sigue haciendo-, més que en America, al parecer, y por aquella época acababa de interpretar a Wallis Simpson en Inglaterra y tenía varios proyectos més en el Viejo Continente. Hablaba con cariño, también, de su papel de Natalie en War of Remembrance, un papel duro que le recordaba a su madre, que estuvo en un campo de concentración, y a la familia de su padre que murieron en uno. War of Remembrance se rodó en Auswitch y Jane contrajo pulmonía durante el rodaje.

Tuvo palabras de afecto para sus compañeros de rodaje, especialmente para Elías Koteas, al que describe como "un jóven loco y simpático" con mucho talento.

Años antes había rodado una película con Christopher Reeves, Somewhere in Time, nuestro eterno Superman, al que describía como un gran amigo, una gran persona y con el que disfrutó "recreando maravillosas escenas de amor" (y quién no). Poco podíamos imaginar entonces el destino que le esperaba a Christopher, asignatura pendiente de mi agenda de famosos que ahora ya no podré concluir.

En definitiva, un contrapunto a la actitud de "diva" de Antonio Rudolfo Oaxaca Quinn (o Quintero, según otras fuentes).


2 comentarios:

Geno dijo...

¡Menos mal que no todos son iguales! La verdad que con esa carita que tiene no podía ser mala ¿no? jejejeje

Elphaba dijo...

La verdad es que Christopher Reeve estaba para comerselo en "Somewhere in time", y siempre me ha caido bien Jane Seymour.