A esta foto le tengo mucho cariño, y a la vez me da urticaria mirar esa chilaba de lana gorrrrrda que me tejió mi madre (moda terror, lo llamo yo, la tortura a la que me vi sometida esos años, estas cosas sí que dejan traumas profundos). En la foto yo tenía unos cinco años y me la hizo la monja que teníamos en párvulos, Sor Javier.
Sor Javier siempre ue buena y cariñosa conmigo. Me tenía un singular apego y yo también tengo gratos recuerdos de mi tiempo bajo su tutela en clase. Tiempo después abandonaría el centro, destinada a otra parte de la geografía española y jamás volví a saber nada más de ella. Imagino que a estas alturas, estará criando malvas apaciblemente.
La foto me la hizo con su cámara como sorpresa para mi madre, y sostengo en mis manos un libro de Pippi Calzaslargas que me encantaba tanto la serie como el disco (que tengo aún) y si no recuerdo mal, el libro pertenecía al colegio, y a mí me encantaba. Lo he buscado incansablemente por ebay y en la única ocasión que lo encontré me pedían media hipoteca por él y otra media por enviármelo por correos a estas tierras tan inhóspitas donde los españoles somos tontos y no sabemos que un libro de ese tamaño y peso, por muy certificado que esté, no va a costar más de 10 euros. Y estoy hablando de hace ya unos cinco años...
Sor Javier me separó del resto de niñas durante la hora del recreo, y me llevó a la parte posterior de la escuela, donde un pequeño patio con jardines y una fuente baja (que cariñósamente llamábamso unas cuantas "la piscina" por su forma alargada), hacían de la entrada trasera un bonito escenario (que no se parecia para nada en la foto, como es natural). Me hizo prometer que no se lo diría a mi madre, para sorprenderla con la foto, pero al regresar con mis amigas al patio y estas interrogarme sobre mi desaparición con la monja, tuve que contarles todo.
A la salida del colegio, una de ellas, hija de la amiga de mi madre, con quien hacíamos a diario el camino de regreso a casa, no tardó ni un minuto en cantar como la Caballé:
-"Sor Javier le ha hecho una foto a Ruth con el libro de Pippi y es una sorpresa"
Ya no, bonita. La anécdota aún se recuerda por casa, como se recuerda a sor Javier, quien por cierto, en mi mente, es clavadita a una de las monjas de Canción de Juventud. Y probablemente no se parezcan en nada.
Si alguien rconoce el libro de Pippi, lo sigo queriendo. Aunque sea prestado.
3 comentarios:
esa foto es un bonito recuerdo. qué lástima que a esa monja la destinaran a otro sitio y dejaras de verla.
la chilaba está chula, estabas graciosa con ella, sólo que se me antoja un pelín calurosa. :)
si alguna vez por casualidad veo ese libro de pippi, ya te lo cogeré.
Qué maja la monja!!
Yo también adoraba a Pippi, jolin... no me perdía ni un episodio. Lamentablemente no tengo ni un libro suyo, algo raro pues lo primero que hacía cuando alguna serie me gustaba era comprarme el libro o comic, así que no puedo prestartelo :)
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