Y así llegó el 31 de Diciembre y en el mismo bar en el que habíamos discutido la compra de los anillos, comenzamos a hilar un plan de futuro. Decidimos legalizar nuestra situación. Como no somos creyentes, era evidente que querriamos algo secular y civil.
El Guiri se decantaba por una ceremonia humanista. Intima, solo unos pocos invitados. Aquí yo tednría que ceder en su capricho pero él tendría también que conceder un mayor número de invitados que su "familia inmediata", que por otra parte, es extensa (sus padrs y hermana, sus dos prmos (con sus parejas) y la madre de los primos, que no era cuestión de dejarla fuera. Pero el listado de invitados era algo de lo que yo me encargaría.
A partir de ahí, en las siguientes semanas tendría que investigar todo: posibles lugares para celebrar la ceremonia, ceremoniantes humanistas, boda en el registro, costes, etc. Y con ello también llegó el descubrimiento de que necesitas coger fecha al menos con 18 meses-2 años de antelación.
Y si tenía algo claro es que quería casarme en el centro de la ciudad, no en algún bonito y bucólico hotel en medio del campo o a kilómetros de distancia. Quería algo céntrico por la sencialla razón de que mi parte de invitados ienen todos de España y no quería el mismo día de la boda tener que estar pendiente de alquilar un bus, de si llega o no, de si encuentran los invitados la parada, de si llegan los invitados a su hora o cuánto está dispuesto el conductor a esperar... y cuánto estamos dispuestos a esperar nosotros.
Empezaban las investigaciones y algunos de los preparativos en el 2019.
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